Reflexionando sobre la salud mental en tiempos de crisis
El 27 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias, una fecha que nos invita a reflexionar sobre las lecciones aprendidas tras la pandemia de COVID-19. Más allá del impacto físico, las epidemias han puesto de manifiesto la importancia de cuidar la salud mental, que a menudo queda relegada en momentos de crisis sanitaria. Este artículo aborda cómo el COVID-19 afectó gravemente a la salud mental de distintas poblaciones, desde los jóvenes hasta los ancianos, y subraya la necesidad de estar preparados no solo para mitigar los efectos de futuras epidemias, sino también para proteger nuestro bienestar emocional.
El impacto global del COVID-19 en la salud mental
La pandemia de COVID-19 desató una crisis de salud mental sin precedentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia global de la ansiedad y la depresión aumentó un 25 % durante el primer año de la pandemia. Las restricciones sociales, el miedo al contagio y las pérdidas personales provocaron un incremento significativo en los trastornos psicológicos, especialmente en poblaciones vulnerables como jóvenes, ancianos y trabajadores sanitarios.
Un informe de UNICEF señala que uno de cada cinco adolescentes y jóvenes reportó sentir mayores niveles de estrés, ansiedad o depresión durante la pandemia. La incertidumbre sobre el futuro, la interrupción de la educación y la falta de contacto social generaron un impacto profundo en esta población, afectando su desarrollo emocional y educativo.
Por otro lado, los ancianos también enfrentaron desafíos únicos. Según un estudio publicado en Medicina Clínica, el aislamiento prolongado y el miedo al contagio incrementaron los sentimientos de soledad y depresión en las personas mayores. Esta situación, agravada por las dificultades en el acceso a servicios médicos y psicológicos, puso de manifiesto la necesidad de atender la salud mental en todas las etapas de la vida.
Los jóvenes: una generación marcada por el aislamiento
La salud mental de los jóvenes se convirtió en una de las principales preocupaciones durante la pandemia. Las estadísticas muestran que los adolescentes y adultos jóvenes experimentaron un aumento significativo en las tasas de ansiedad y depresión. Según datos de UNICEF, el 27 % de los adolescentes en América Latina reportó tener síntomas de ansiedad severa.
El cierre de escuelas, la transición al aprendizaje virtual y la falta de interacción con sus compañeros afectaron profundamente su bienestar emocional. Muchos jóvenes enfrentaron sentimientos de inutilidad y desesperanza, que en algunos casos se tradujeron en comportamientos autolesivos o pensamientos suicidas.
Los ancianos: víctimas del aislamiento y el miedo
La población anciana fue una de las más golpeadas por las restricciones sociales y los riesgos asociados al COVID-19. La soledad, una condición ya frecuente entre las personas mayores, se intensificó debido al aislamiento preventivo. Según un análisis de Elsevier, los ancianos mostraron un aumento del 30 % en los síntomas de depresión clínica durante la pandemia.
La falta de contacto físico con sus familiares y la pérdida de seres queridos también generaron una sensación de abandono que impactó directamente en su salud mental. Aunque muchos ancianos pudieron beneficiarse del uso de tecnologías para mantenerse conectados, la brecha digital dejó a otros en una situación de mayor vulnerabilidad.
Consecuencias a largo plazo en la salud mental
La pandemia no solo dejó un impacto inmediato, sino que sus secuelas emocionales podrían prolongarse por años. El estrés postraumático, la ansiedad persistente y la depresión se han convertido en parte de la realidad de millones de personas. Además, las limitaciones en los sistemas de salud para atender la creciente demanda de servicios de salud mental siguen siendo un desafío global.
La OMS subraya que la inversión en programas de salud mental debe ser prioritaria en las políticas públicas de preparación ante epidemias. Esto incluye garantizar el acceso a servicios psicológicos accesibles, fomentar la formación de profesionales en salud mental y promover campañas de concienciación para reducir el estigma asociado a los trastornos mentales.
Mensaje de Fundación ANAED
Desde la Fundación ANAED, queremos subrayar la relevancia de cuidar nuestra salud mental en tiempos de crisis. A través de nuestra serie de cortometrajes Saber que se puede, hemos explorado cómo la salud mental afecta a diferentes gremios y poblaciones, mostrando historias reales que visibilizan los desafíos emocionales que enfrentamos como sociedad.
Si tú o alguien cercano enfrenta dificultades emocionales, te invitamos a buscar ayuda profesional. En ANAED, ponemos a tu disposición nuestra guía para el manejo de la depresión y nuestra red de apoyo psicológico. Juntos, podemos construir una sociedad más resiliente y empática, lista para enfrentar las adversidades que puedan surgir en el futuro.
Algunas de las fuentes consultadas incluyen:
- Naciones Unidas: Dia Internacional ante las Epidemias
- UAM: Covid y Salud Mental
- Organización Mundial de la Salud
- UNICEF
Imagen: pexels.com