A nivel personal la viví hace años por una ruptura de pareja que tuve. Fueron unos meses duros que superé con la ayuda de mi madre y de algunos amigos.
Y sobre todo la playa, un lugar donde me refugié y me ayudó a superar lo que me ocurría. A base de conversar conmigo mismo, de aceptar lo ya inevitable y ver cómo podía salir de la dura etapa en la que estaba inmerso.
Y por otro lado, a nivel familiar también vivo la depresión muy de cerca desde hace unos años. Y es mucho más dura que la que había vivido en mis carnes, ya que por una parte ves a un ser tan querido para ti sufrir mientras por otro lado no sabes cómo ayudarlo.
Te crea una impotencia que te destroza el alma y te acaba arrastrando hacia su depresión, entrando en un bucle en el cual no sabes cómo salir tú, y ya ni mucho menos ayudar a esa persona, que tanto quieres.
Hoy en día vivo en ello. Por un lado pretendiendo alejarme para que no me afecte mucho, pero sin dejar de estar día a día, hora tras hora, minuto a minuto sufriendo por los dos. Y poniendo lo que puedo sin dejar que me arrastre, pero minuto a minuto sigo poniendo lo que tengo.
Tengo que decir que es una enfermedad muy muy dura y muy dolorosa. Y sobre la cual nos deberían dejar hablar sin tapujos de su existencia y de su alcance desde una edad muy temprana para estar preparados.
K. P.
Amigo de ANAED