Un auditorio lleno de voces, emociones y compromiso para dar visibilidad a la depresión
Música, emoción y un mensaje compartido
La cantante Mai Meneses de Nena Daconte hablando del efecto terapéutico que la música tiene para ella y de la importancia de buscar ayuda.
Una iniciativa que crece
El proyecto La Voz del Paciente nació en 2019 con la idea de dar protagonismo a las personas que conviven con trastornos mentales, ofreciéndoles un espacio para expresarse, compartir y sentirse acompañadas. Desde entonces, ha recorrido distintos escenarios emblemáticos de España, movilizando a más de 8.000 personas.
En esta edición, la ciudad de Zaragoza respondió con entusiasmo. Las entradas se agotaron días antes del evento y el concierto contó con la presencia del consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, José Luis Bancalero, quien destacó la importancia de sensibilizar a la ciudadanía sobre los trastornos mentales y visibilizar el sufrimiento que conllevan enfermedades como la depresión.

El Coro ‘La voz del paciente’ junto a la Orquesta Sinfónica OJEM en el concierto ‘1.000 cantando por la depresión’
Un coro que une y tranforma
Lo que diferencia a este proyecto no es solo su dimensión musical, sino su capacidad para generar comunidad. Tal y como señaló ASAPME Aragón, “el canto coral ayuda a mejorar la autoestima, reducir el aislamiento y favorecer la recuperación emocional de quienes atraviesan momentos difíciles”. La música se convierte así en herramienta terapéutica y social, capaz de transformar el dolor en belleza compartida.
Desde Fundación ANAED, que participa activamente en esta iniciativa desde sus primeras ediciones, celebramos el éxito de este concierto y seguimos trabajando para que ninguna persona con depresión se sienta sola. Eventos como este refuerzan nuestro compromiso de hacer visible lo invisible, y de poner voz —y música— a quienes más lo necesitan.

Foto: ASAMPE
La salud mental, una causa que necesita ser escuchada
En un contexto donde los problemas de salud mental afectan cada vez a más personas, especialmente jóvenes, este tipo de acciones resultan imprescindibles. La depresión, una enfermedad que todavía arrastra estigmas, necesita de todos los recursos posibles para ser abordada desde la empatía, la escucha activa y el acompañamiento profesional.
«1.000 cantando por la depresión» no es solo un concierto. Es una declaración colectiva de que es posible hablar, cantar y sanar juntos.