La depresión tan sólo necesita una receta con 3 ingredientes: comprensión, empatía y atención

La depresión se define como un trastorno afectivo que se caracteriza por un estado de tristeza persistente, seguido de ansiedad, trastornos del sueño, falta de apetito, temor, falta de energía, disminución de la autoestima, sentimiento de culpabilidad y, en la mayoría de los casos, pensamiento de suicidio o muerte.

Según su origen, estos factores pueden ser endógenos (genéticos o fisiológicos) o exógenos (factores ambientales como el estrés laboral, embarazo, conflictos familiares, etc.).

Esta enfermedad mental afecta a, según la OMS, 300 millones de personas en el mundo, de las cuales la mayoría son mujeres.

Dependiendo de la intensidad, las depresiones se clasifican entre leves, moderadas y graves.

Dado el número de afectados/as a nivel mundial con tal trastorno, es habitual tener algún familiar, conocido/a o amigo/a en nuestro círculo personal.

Esto nos conlleva una preocupación y, a la vez, la disyuntiva de qué hacer en estos casos.

Con este artículo, se pretende dar un conocimiento básico de lo que es la depresión y cómo afrontarla.

Determinados fármacos precipitan la depresión como, por ejemplo, los tranquilizantes hipotensores, desbloqueantes y procainamida.

En personas hospitalizadas, es necesario saber que el aislamiento y la inmovilización son desencadenantes de crisis. Se recomienda mostrar interés por su salud y hablar con ellas aunque no contesten.

Se ha de asegurar la administración de una dieta equilibrada y estimularla para que se haga cargo de su propio cuidado ya que, en casos de depresión, puede resultar sumamente complicado el hecho de realizar actividades básicas de la vida diaria, como el aseo personal o simplemente levantarse de la cama. Es recomendable no imponer y simplemente motivar con empatía y compresión.

Debemos tener en cuenta, a la hora del cuidado, el origen de esta depresión, ya que desde ese punto se desencadena todo.

Se han de planificar la creación de programas grupales y de terapia ocupacional.

Teniendo en cuenta estos aspectos, hemos de considerar que cada persona es un universo aparte, que la mente humana es un mundo por descubrir, que vivimos en una sociedad cada día más individualista y deshumanizada y que la mayoría de los casos de depresión es de origen afectivo.

Para atender a una persona con depresión, tan sólo hay una receta con 3 ingredientes: comprensión, empatía y atención. Tenemos que recordar que cada día nos sentimos un poco más solos/as y que, ante la soledad, en definitiva, la mejor respuesta es el cariño.

 

Francisco Javier Salado Cerrato

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