La experiencia de Raquel con la depresión posparto

Mereces cumplir tu sueño

Me llamo Raquel y tengo 47 años. Padezco trastorno ansioso depresivo crónico desde hace treinta, y me he animado a participar en este proyecto porque espero, así, poder ayudar a otras personas que lo padecen, poder servir de herramienta a aquellas personas que tienen algún familiar con el mismo problema o incluso si me esta leyendo alguien que aun no ha sido diagnosticado.

Lo primero que me gustaría dejar claro es que, con ayuda de profesionales, el problema tiene solución. En mi caso particular, hace treinta años costó mucho dar con el diagnostico y tratamiento, pero finalmente, la combinación de una buena psicóloga, y una buena psiquiatra, han conseguido que actualmente lleve una vida normal y feliz, en la que aplico en mi día a día todo lo que he aprendido tanto a nivel personal como con los demás.

Raquel, con su familia.

Como muchas mujeres, mi deseo era ser madre. Mi temor, que la medicación afectara a mi bebé.

Una vez más, recurrí a profesionales que me aconsejaron cuál era el fármaco más seguro en la gestación. Me aconsejaron tomar dicha medicación hasta un momento determinado del embarazo, y eso fue lo que hice.

Disfrute mucho los nueve meses de embarazo y los partos en los dos casos, pues soy madre de dos hijos.

En ambos casos, a los pocos días de dar a luz, me empezó a afectar la situación de ser madre de un bebé, un ser pequeño e indefenso al que hay que cuidar. Esto, sumado a la falta de medicación, que tuve que dejar en un momento del embarazo, me genero una profunda tristeza.

Sin embargo, tuve la suerte de tener una ginecóloga que entendió a la perfección mi situación. En aquel momento, las enfermeras se empeñaban en que le diese pecho a los bebes, y aquí es cuando la doctora me dio uno de los mejores consejos: lo importante era que yo estuviera bien. Además, afortunadamente estábamos en un país desarrollado donde la leche de formula tenia una calidad estupenda muy aproximada a la leche natural.

Así pude retomar mi medicación y mis hijos crecieron con biberones para también evitar el paso a través de la leche, y a día de hoy tengo un hijo de 9 años y una hija de 12 que son sanos y felices.

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