Nuestros protagonistas nos relatan sus “historias” con un mensaje de que merece la pena luchar, que se puede encontrar, incluso en las pequeñas cosas, una razón para vivir. Que a la depresión se la puede vencer hablando, compartiendo, abriendo la ventana y dejando que nos ayuden.
Este cortometraje es uno de una serie de cinco documentales Saber que se puede.