La farmacia, una extensión de la familia

José Ramón Pagés Lluyot, Coordinador Nacional de Fundación ANAED.

A dos personas a las que siempre tienes que decir la verdad son a tu abogado y a tu médico. Yo añadiría que a tu farmacéutico también. Cuando entras en tu farmacia, saben perfectamente cada uno los problemas que tienes sin mirar tu tarjeta sanitaria. Dime lo que tomas y te diré lo que padeces. La farmacia es parte de tu entorno más directo.

Cuando una persona padece una depresión afecta a todo su entorno. Una depresión puede desestructurar a una familia, conseguir divorcios, hacer que pierdas trabajos y negocios, hacer que te alejes de las personas que más quieres y que dejes de quererte hasta el punto de quitarte la vida.

Y una persona con depresión necesita ayuda de ese mismo entorno para medicarse y seguir los consejos de los especialistas. Si no quieres ni comer ¿de dónde sacas fuerzas para acordarte de tomar el tratamiento antidepresivo? La familia debe por tanto administrar y ayudar a la persona con depresión en la adherencia al tratamiento, pero su farmacéutico es también muy importante.

Un consejo de quien te ayuda a curarte en cada episodio de tu vida es de vital importancia para dar consuelo, ayuda, resolver dudas y que en un despacho discreto pueda escuchar y guiar a quien padece depresión. Y los farmacéuticos deben saber y asumir lo importantes que son para la vida de los que ayudan a tratarse y la influencia positiva que pueden ejercer en sus vidas.

Artículo publicado por el Coordinar Nacional de ANAED en la edición 476 de Farmacéuticos del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos. Puedes descargar el artículo completo aquí.

José Ramón Pagés Lluyot

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