El trabajo y la depresión

Según este artículo, la enfermedad produce unos gastos de 7.000 millones de euros anuales.

De ellos, los costes directos son el 36’9 %, en gastos indirectos es del 17.7% y repercute con un 42% en gastos por baja laboral.

Además, es una de las enfermedades que “menos” se detectan en el fraude de absentismo laboral, por lo que las inspecciones médicas se ven impotentes ante estas bajas mientras que las empresas se desesperan porque incrementan los costes de la empresa, en tanto que se aumentan los gastos sanitarios, siendo todo esto lo que produce el que muchos de los que engañan simulando tener depresión, al final estén en casa tranquilamente o tengan incluso un segundo trabajo no declarado mientras cobran el sueldo de la empresa a la que no van, añadiendo a esto, claro está, el cobro del sueldo clandestino.

En definitiva, ahora que estamos en época de recortes deberíamos aplicar la frase del “más vale prevenir”, ya que indudablemente si a la Depresión se le aportan los canales oportunos, las terapias que se conocen, una acertada gestión de los recursos y una atención primaria a los enfermos, seguramente de los 7000 millones de euros más el coste del absentismo laboral, una buena parte se podría dedicar a otro gasto social con el ahorro a las arcas públicas y sobre todo el “ahorro de sufrimiento” de los enfermos y familias que ahora se ven desprotegidas.

Tal vez, es el momento en el que la sociedad debe darle un vuelco al poco conocimiento que, sobre la enfermedad, se tiene. Las familias, en su mayoría, ocultan la depresión como si les diera pudor manifestar quién la padece; las administraciones públicas no quieren afrontar esta enfermedad con la misma difusión y lucha social como se trata el maltrato familiar o los accidentes de tráfico; los medios de comunicación nunca hablan de los suicidios que en ocasiones se producen, y éstos superan en buena medida tanto el maltrato como las muertes por accidente de tráfico (800 fallecidos más por depresión que en tráfico según datos del 2010). En definitiva, es hora de coger el “toro por los cuernos” y comenzar una verdadera campaña de concienciación. Los familiares, los enfermos, los docentes, los profesionales y las Administraciones tienen que empezar a luchar de verdad, y ahora es el momento, cada día que pasa se producen ocho muertes en España víctimas de la depresión. Definitivamente, no hay que esperar ni un día más.

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